El Planeta Rojo siempre ha dado mucho que hablar. Desde que H. G. Wells nos aterrorizara con su Guerra de los Mundos, en que unos crueles y envidiosos seres invadían la Tierra en sus delirantes máquinas de guerra, siempre ha existido un cierto temor y reverencia hacia la Última Errante Rocosa.

En cuanto a su exploración, Marte ocupa el segundo puesto en cuanto al astro más visitado por la especie humana. Penas y glorias en este planeta, que muchos lo llaman ''El devorador de sondas''.

La primera vez que un ingenio robótico de origen terrestre se posó sobre Marte fue en Julio de 1976, cuando la Viking 1 tocó suelo suavemente y transmitió datos a su orbitador en órbita geosíncrona mientras el mismo tomaba fotografías. Seguida por su hermana, la Viking 2.
Las Viking desmitificaron Marte, pues hasta entonces poco se sabía de este planeta cuya superficie era cubierta eventualmente por completo por tormentas de arena.



Midieron su temperatura de superficie, observaron que su principal componente es el dióxido de carbono, que el suelo es duro y estable, que la actividad sísmica, de existir, era eclipsada por la climatología de sus fortísimos vientos.
Las Viking también estaban programadas para detectar la presencia de vida allí mediante tres tipos de experimentos distintos, el RPE, el GEE y el LRE, pero ninguno obtuvo la más mínima evidencia de vida.

En 1997 llega a Marte la Mars Pathfinder, que despliega a su pequeño rover Sojourner, enviando espectaculares imágenes a la Tierra. El pequeño robot estudió las rocas de la periferia a su aterrizaje y descubrió dunas en forma de media luna, gemelas de las dunas de la Tierra. Por su parte, el Pathfinder envió más de 16000 fotografías.



La Mars Pathfinder fue pionera en muchas cosas, tanto en ejemplo de una misión sobresaliente de relativo bajo coste, como en la utilización de rovers como sistema de exploración de superficie, y en la utilización de los globos de aterrizaje.


Especial mención merece la Mars Polar Lander, que en 1999, diez minutos antes de aterrizar, desapareció. Se desconocen por completo las causas de su desaparición, se dice que sus baterías murieron o que se estropeó el sistema de transmisión, pero lo más probable es que se estrellase debido a un fallo de los motores. Otras sondas orbitales han intentado encontrar sus restos, pero sus esfuerzos son hasta ahora vacuos. El fracaso de la MPL, junto con el de la Mars Climate Orbiter, paralizaron el programa marciano y cancelaron la siguiente misión, que al final resurgió de sus cenizas en 2007 con el nombre de Phoenix (más adelante).

En 2004 aterrizan en Marte dos sondas gemelas, la Spirit y una de las sondas más prolíficas de la historia de la exploración marciana, la sonda Opportunity (chulísimo vídeo del viaje, con magnífica banda sonora). Entrañables como ellas solas; prolongaron su misión de sus 90 sols (días marcianos) hasta hoy mismo, es decir, 6 años terrestres.



La Spirit sobrevivió a una tormenta de arena que la dejó casi sin energía, hasta que se quedó atrapada en un banco de arena, sin embargo, aún transmite como estación fija.
Por su parte, la Opportunity estudió la estructura interna de las rocas marcianas, descubriendo la existencia de esférulas, cuya formación podía deberse al contacto de las rocas con un medio acuoso.



Hoy en día se especula si la Opportunity se encuentra en lo que científicos de la Universidad de Cornell dibujan como la zona de costa de un antiguo Gran Mar marciano.



Pero la confirmación de que en Marte hay agua vino en Junio de 2008, cuando la sonda Phoenix hundió su brazo robótico en el suelo y encontró hielo de agua (no el hielo carbónico, que es el que vemos en los polos marcianos) que se sublimó al rato de estar descubierto. Se confirmó su composición química al introducir una muestra en sus hornos.




El hombre no pisará Marte, por lo menos hasta 2030. Según declaraciones del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama: